Consuelo Sainz Quijano

Consuelo nace en Vioño de Piélagos en 1922 y se cría con su familia plenamente dedicada a la ganadería y al campo. Convivía con siete hermanos, su abuelo, sus padres y un tío formado en el Convento del Cristo de El Pardo (Capuchinos) en Madrid y que fue fundamental en su aprendizaje de la lectoescritura y las matemáticas dado que a la escuela asistía de forma esporádica, en temporada de invierno, cuando había menor carga de tareas agrícolas y de cuidado del ganado. A las difíciles condiciones de vida se le sumó el periodo de guerra española que obligó a sus padres y su tío a esconderse en el monte (su tío y hermano combatieron en la batalla del Ebro). Al depender la economía familiar de la ganadería lechera ella asumió más responsabilidades. Consuelo militó en Acción Católica, llegando a ocupar incluso el cargo de presidenta en el pueblo, y en su adolescencia hizo labores de monitora con grupos de niñas los fines de semana y en verano. Además, llegó a ingresar en un convento de monjas Trinitarias en Santander y en Madrid por un periodo de tiempo. En su juventud comenzó a trabajar fuera de casa para ayudar económicamente a su familia, de hecho trabajó como niñera para una familia de Valladolid durante 18 años y para otra en Madrid durante casi una década, ciudad en donde residió unos 15 años. Además, durante su estancia en Valladolid, Consuelo trabajó como cuidadora de personas con diversidad funcional en el centro San Juan de Dios. Regresó a Cantabria en su adultez tardía y se jubiló a los 65 años, y, tras residir en su pueblo natal, se mudó en 2019 a la residencia de Puente Arce.