Datos biográficos
Carmen nació en diciembre de 1943 en su casa familiar de Liaño, Villaescusa, localidad ubicada en la comarca de Santander, entre la ría de Solía y el macizo de Peña Cabarga.
Su padre, Teodoro, trabajaba en el ferrocarril de Astillero-Ontaneda como fogonero, empleado auxiliar del maquinista, y su madre, Primitiva, trabajaba en la casa y como niñera para una familia.
Carmen estudió hasta los 11 años en la escuela nacional del pueblo con una maestra oriunda de Santander, aunque “se perdía mucho de ir” porque debía encargarse de las tareas domésticas y ayudar a Natividad y Jose Antonio, sus hermanos, ya que su madre “faltaba mucho en casa”. Recuerda también su formación religiosa, pues ha sido “muy religiosa desde niña”, y entre sus recuerdos están las excursiones con el cura y el cuidado y limpieza de la sacristía de Liaño. También su paso por la Sección Femenina o los ejercicios espirituales a sus 18 años en el colegio religioso de Las Sagrado Corazón- Esclavas. Ahora, indica: “tras la pandemia, no me creo nada”.
Su vida laboral comienza con tan solo 13 años acompañando a una señora mayor que residía cerca de la catedral en Santander, trabajaba con la misma familia que su madre. A los 16 años residió una temporada en Madrid, encargándose del cuidado de los niños de esa familia, “los hijos de los hijos” que su madre cuidó. Y próximo a los 20 años de edad residió en Canarias durante cuatro años. Su trabajo le permitió “conocer otra vida” lo que indica que la condujo a “establecer metas en la suya”, pues tenía claro qué comodidades quería tener o la importancia de la educación.
Tras conocer a Jaime Lanza en las fiestas del Pilar, Guarnizo, se reencontraron a los años, con 24, en “el baile de Sarón”, y comenzaron un noviazgo que duró dos años hasta que se casaron en marzo de 1970. Tras su boda en Liaño Carmen se mudó a Renedo de Piélagos, en donde siempre residió y crió a sus tres hijas de forma “distinta a como estuvo ella” y buscando que tuvieran “oportunidades”, pues ella creció “sin infancia». Carmen destaca que adora esa etapa y la maternidad, pues “cuando tienes hijos la vida es más bonita, y te hacen esforzarte”. Por ejemplo, se sacó el carnet de conducir “a la primera” con el fin de moverse libremente con ellas.
Su marido era ganadero y trabajador de la Standard Eléctrica; sobre ella recaía el trabajo de crianza, de cuidados a familiares y del hogar. Pero fuera del ámbito privado, la vida laboral de Carmen es extensa y variada, pues ayudó con el ganado —vendieron leche a la Cooperativa Lechera SAM y a Nestlé—y regentó dos negocios en Renedo: una frutería de mediados a finales de los años 80 y un pub llamado “Sarema” (en honor a sus hijas) en el que además se encargó de la atención de clientes y del preparado de comida.
Además, cuenta con una vida social activa, pues es socia de UNATE desde el momento de la apertura del centro en Piélagos (unas tres décadas) y durante años ejerció como presidenta, un periodo que comenzó en el año 2000 y siempre con el apoyo de Jaime.
Se jubiló a los 65 años tras cotizar como autónoma y a sus 78 años (2022) reside en el verde barrio Carrimón, en Piélagos, junto a su marido“el mejor compañero que hay” con quien desde hace 52 años convive, y “ahora los mejores momentos juntos”, aunque siempre en compañía de sus hijas, su yerno Raúl y de Mara, Hugo, sus nietos. Al hablar de su trayectoria vital afirma que “está contenta de cómo ha hecho la vida. No todo sale bien, pero tampoco sale mal”.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda
