Datos biográficos
Herminia, conocida cariñosamente como «Uca», nació en marzo de 1932 en la casa en el pajar donde aún reside a sus 92 años, en el barrio Llano, conocido como barrio Triana, en Vargas (Puente Viesgo). Primogénita con dos hermanos y dos hermanas, fue criada con su tía María Jesús y sus abuelos paternos, Herminia y Sabino, quienes administraban varias propiedades en La Montaña. Además, su abuelo fue alcalde de Vargas tras la Guerra Civil Española, un conflicto que marcó profundamente a su familia política y a la suya, cuya casa se convirtió en refugio.
Su padre, Gonzalo, trabajó en la fábrica de achicoria La Niña del pueblo, en el monte y posteriormente en Sniace. Su madre, Cristina, además de ocuparse del hogar y criar a sus hijos, vendía plantones en la feria de Torrelavega, lo que generaba mucho trabajo en las tierras. Herminia la ayudaba en estas tareas agrícolas, contribuyendo al sustento familiar.
Herminia estudió hasta los 14 años en la escuela de niñas de Vargas, llevando siempre consigo su catón, bajo la tutela de doña Ángeles. Por las tardes, se dedicaba a la costura, actividad que recuerda como «la felicidad». En su juventud, ayudaba a su familia en las tareas diarias sin un minuto para descansar. Se encargaba de llevar leche, recoger hojas en La Posada y recorrer en bicicleta los caminos a Castañeda para estudiar costura con doña Remedios o ir al coro a cantar. También recuerda con cariño su tiempo de ocio, desde los juegos de infancia en El Cruce hasta los encuentros juveniles en torno a la primera radio del barrio, la de sus abuelos, escuchando «Fiesta en el aire», o los juegos de bolos.
También tiene presente el tiempo pasado en la casa de la Falange de Vargas y los domingos en el campo del Ayrón Club, donde su marido fue entrenador coincidiendo con la jugadora Amelia Quintanal. Durante el franquismo, realizó el servicio en la Sección Femenina en Polanco.
Tras varios pretendientes de Vargas y Renedo, Herminia conoció a Antonio Torre, el definitivo. Después de diez años de noviazgo, se casaron cuando ella tenía 24 años, en la iglesia de Vargas. Entre 1957 y 1968, tuvieron dos hijas y dos hijos. La economía familiar se sustentaba con el trabajo de Antonio en la fábrica de la Cristalería Española de Vioño y el manejo conjunto del ganado lechero doméstico.
Durante años, participó activamente en la organización de fiestas en Vargas con la junta vecinal, especialmente en las fiestas de Las Perola, que recuerda con cariño por la ayuda que su abuela ofrecía a los pobres que llegaban en su niñez.
A los 56 años, Herminia sufrió la pérdida de su marido. Después de tres años de luto, retomó su vida social con la asociación de Castañeda y realizó numerosos viajes.
Actualmente, es abuela de nueve nietos, nietas y dos bisnietos. A pesar de las dificultades y las pérdidas de salud que ha experimentado, Herminia se muestra agradecida y aprecia «el hoy, lo que vive ahora».
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda