Datos biográficos
Feliciana González González, cariñosamente conocida como Ciana, nació el 15 de enero de 1930 en el barrio de San Pedro de Carmona, en el municipio de Cabuérniga, junto a su hermano mellizo Serafín, quien falleció a los dos años.
Creció en un entorno familiar numeroso, con cuatro hermanas menores y un hermano, en la casa que albergaba la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen fue traída en barco desde México a petición de otra familia.
La familia de Ciana se sostenía mediante el ganado, una pequeña huerta, y el trabajo de su padre en la empresa Saltos del Nansa. Además, su padre contribuía a la economía familiar mediante la venta de albarcas que elaboraba en montes de Cantabria como los de Saja, Lamasón, Peñarrubia o Merodio (Asturias).
A pesar de su interés por estudiar geografía y del aliento de su maestra Lola, Ciana asistió a la escuela nocturna de manera esporádica debido a la necesidad de ayudar con los trabajos familiares. No obstante, con el apoyo de una prima vecina, «aprendió a leer y a escribir poco a poco». A los 6 años, motivada por amistades y su deseo de “ver la mar”, comenzó a trabajar como pastora, cabrera y ovejera, junto a tres amistades en un monte próximo, llamado por la vecindad El Alto, y el cotero Castillo, donde pasaban el día.
En 1937, con solo 7 años, Ciana rememora muchas vivencias de la guerra en el barrio de San Pedro. La más impactante fue cuando su padre, Manuel, desertó de la lucha y fue perseguido. Tras esconderse en una cueva, fue capturado en Valle y llevado a un campo de concentración en Valladolid. Pasó mucho tiempo encarcelado hasta que finalmente regresó a casa a pie.
El primer trabajo de Ciana fuera de familia comenzó a los 8 años, cuando trabajó como servicio en un restaurante y casa de ultramarinos de Liérganes. Posteriormente, por mediación del cura, sirvió brevemente en Ruiloba, pero debido a dificultades en el trabajo, regresó a casa para continuar como cabrera. Poco después, se trasladó a servir a Suesa durante tres años. Ciana recuerda que, durante sus años de servicio, encontró tanto “amos buenos como malos”, enfrentando en algunos lugares maltrato físico también. Siempre trabajó en régimen interno, aunque regresaba a ayudar a su familia durante la temporada de hierba. Tras su estancia en Suesa, volvió a Carmona y durante 12 años trabajó como servicio en Ruente. Posteriormente, alrededor de 15 años, trabajó en Santander para la familia de un militar oriundo de Valle. A los 25 años, Ciana enfermó de tuberculosis e ingresó durante casi dos años en el Hospital Santa Cruz de Liencres, que abrió sus puertas en los años 50 como sanatorio antituberculoso.
Tras su recuperación, regresó a su pueblo natal. Aunque tuvo varios pretendientes, Ciana decidió permanecer soltera, comentando con humor: «se casaban los que tenían muchas vacas». Vivió en su casa de San Pedro, dedicándose al cuidado del ganado y las labores del campo junto a sus padres, a quienes apoyó y cuidó hasta su fallecimiento. Además, apoyó a sus hermanas en la crianza de sus hijas y, con orgullo, afirma que “criar, ha criado a muchas”. A los 61 años se jubiló después de una extensa trayectoria laboral. Actualmente (2024), a sus 94 años, se siente “bien con lo vivido” y en su hogar familiar disfruta de la compañía de un buen libro, así como de las visitas de sus seres queridos y de la poca vecindad que aún reside en el barrio de San Pedro.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda