Datos biográficos
Carmen nació en agosto de 1942 en La Pontanilla, en Los Corrales de Buelna. Su familia paterna había emigrado del País Vasco a Las Fraguas de Arenas de Iguña, y su abuelo era primo carnal del escritor y filósofo Miguel de Unamuno.
En su infancia, durante la época de hambre de la posguerra española, su familia se sostuvo de la ganadería —de la que principalmente se encargaba Carolina, su madre—, y del empleo de Pedro, su padre, en la fábrica Trefilerías Quijano, hasta su accidente laboral.
Carmen era “la niña de Pedro” en Corrales, pues era la única hija, criada junto a sus dos hermanos. Desde sus cuatro meses, una religiosa de Las Hermanas de la Caridad la cuidaba cuando su madre se marchaba a trabajar a las tierras. En ese mismo centro inició sus estudios y aprendió a coser al tiempo que “hacía de todo” ayudando a su familia. De hecho, con tan solo 7 años “tenía un taburete para alcanzar el fogón y cocinar”.
Residió en Los Corrales hasta los 13 años, momento en que marchó con sus tíos a Astillero por recomendación médica para tratar una enfermedad de la piel, pues es una localidad próxima al mar.
A los 15 años, tras terminar su formación en una escuela particular de Astillero, acudió a Los Corrales para formarse en costura con su vecina Nieves, “una hermana postiza” a la que ayudaba cosiendo “hasta las 4 o 5 de la mañana”.
Aunque su juventud estuvo marcada por la estricta educación paterna, a un día de cumplir 16 años se ennovió con Salvador Vega, conocido como Nené, con quien se casó a los cinco años en el día de La Merced, el 24 de septiembre de 1963.
Su vida matrimonial transcurrió en Astillero, en donde con 24 años ya era madre de dos hijas y dos hijos. Como ella cuenta, llegó a Astillero “por recomendación médica, pero se quedó por recomendación amorosa”. Adquirieron entonces el edificio de la calle Industria 73 y se dedicó con su marido durante casi cuatro décadas a la hostelería, regentando el bar Nené, un local previamente gestionado por su suegro (Salvador Vega). Carmen “hacía de todo: atender la barra, la cocina, el comedor y la tienda-bar (hasta su cierre)”, lo que conciliaba con su labor de madre y ama de casa llegando a “estar noches sin acostarse para preparar la comida del día siguiente”, pues el bar “cerraba solo la tarde del martes”. En su adultez también encontró tiempo para ayudar a la vecindad, pues “gracias a la enseñanza de su madre” puso muchas inyecciones a quien lo necesitó. Con más de 60 años “viajó por primera vez” con su marido gracias a las excursiones de la Asociación de Vecinos de La Cantábrica, en cuyas actividades participó unos años.
En 2004 Salvador se jubiló y traspasaron la gestión del bar. Tres años después, Carmen sufrió la triple pérdida de su hija mayor, su marido y su yerno. Tras el duro duelo continuó con su vida profesional en el bar Nené, ayudando esporádicamente como cocinera a distintos inquilinos del local hasta que en la segunda década del año 2000 el bar se cerró definitivamente. Al hablar de su hogar nombra también la casa de la calle Piebandera en Los Corrales, la casa de su infancia, aunque reside “muy a gusto” en la localidad astillerense desde hace casi siete décadas (2022). Actualmente, convive con su hija y su nieto, es abuela de un total de ocho nietos y nietas y bisabuela de dos. Además de su vida familiar, desde el año 2020 participa en las asambleas y las manifestaciones de “cada lunes” de la Coordinadora Cántabra de Pensionistas. A sus 80 años (2023) nos relata su trayectoria arropada por fotografías de años pasados, desde “la esquina de los recuerdos” del bar Nené, y concluye que “en la vida hay que luchar y yo todavía estoy luchando”.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda