Datos biográficos
Una muñeca de cerámica rota por los soldados de la guerra que entraron a su casa familiar es uno de los recuerdos de infancia que quedaron grabados en la memoria de Carmen Gómez Martínez (Aés, 29 de agosto de 1929). Una infancia transitada entre caminos de barro y juegos creados por su imaginación, el estallido de la guerra y la posguerra —que la solidaridad vecinal hizo tolerable— y que ahora, a lo lejos, contrasta con la vida en el siglo XXI con la luz eléctrica, el agua corriente y los baños dentro de casa.
De sus primeros años, Carmen rememora la pérdida de su madre, a los ocho años; la entrada de tanques y soldados al barrio de Quintana, los puentes volados de Puente Viesgo y El Soto; los refugios que se improvisaban en casas vecinas o en cuevas excavadas de arcilla donde la gente se guarecía mientras los aviones sobrevolaban el valle. Sin embargo, también hay recuerdos que daban esperanza, como el de unos soldados italianos que, en medio de la rapiña y el caos, bajando hacia Vallijo le dijeron: “No tengáis miedo, italianos ‘dar’ pan blanco”.
La posguerra imprimió en su memoria recuerdos como el racionamiento alimenticio o cuando acarrear agua de una fuente, cocinar con leña traída del monte y lavar la ropa en lavaderos públicos eran actividades necesarias para subsistir. A manos de Don Gaspar, quien enseñaba con vara en mano, cursó estudios básicos de los seis a los 13 años. Como era habitual para las mujeres de la época, la religiosidad y el trabajo como sirvienta antes de casarse también forman parte de sus vivencias.
Pasada la escasez y con la juventud en puerta, en una de las fiestas y romerías conoció a José Gutiérrez con quien se casó en 1950, poco antes de cumplir los 21 años. Con él compartió 60 años de su vida y tuvo a su hijo y dos hijas, a quienes crió entre las actividades propias del ganado, la huerta y la casa. Una familia que más adelante crecería hasta alcanzar cinco nietos y siete bisnietos.
A sus 96 años, Carmen mira hacia atrás sin tristeza y con serenidad: “He vivido mi vida, he llegado donde he llegado. Ya no puedo pedir más”.
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Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de cámara y montaje: Txatxe Saceda
