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Datos biográficos
Fecha de nacimiento: 17/08/1934
Nacionalidad: Española
Comarca de residencia: Santander
Fecha de la entrevista: 26/05/2025

Pilar Blanco Puente (Zamora, 1934) ha recorrido un camino marcado por la enfermería, la educación y el activismo social, siempre con una mirada crítica hacia las desigualdades y un compromiso firme con los derechos de las mujeres. Huérfana de padre desde los cuatro años, creció en un entorno de posguerra femenino y profundamente religioso, que a los 32 años decidió dejar atrás tras una reveladora conversación con un cura del barrio pesquero.

En su juventud, transitó por dos vías: inició Magisterio sin concluirlo y trabajó en Madrid confeccionando y vendiendo ropa. En 1956 cruzó el umbral de la Escuela de Enfermería de Valdecilla, donde se formó durante tres años. Su profesión la llevó a Madrid y Talavera, hasta anclar en Torrelavega en 1961, donde construyó su hogar y familia junto a Jaime Revuelta Alonso. Su legado más profundo se encuentra en el ámbito de la educación especial y la innovación pedagógica en Cantabria: fundó y dirigió centros pioneros como el Jardín del Dobra, San Juan de la Canal y Stephane Lupasco, inspirados por las pedagogías de Freinet y Decroly. Para sostener ese impulso, se especializó en psicopedagogía y asistencia social.

Con la ley recién aprobada, tras casi dos décadas de matrimonio, se divorció; cuatro años después, compró una finca en Santiago de Cudeyo, y junto a su amigo Toño levantó con sus propias manos la casa que aún hoy es su refugio. En paralelo, se volcó en la lucha feminista desde la Asociación de Mujeres Divorciadas y Separadas hasta la Asamblea de Mujeres de Cantabria, defendiendo con firmeza la autonomía, la salud y los derechos de las mujeres.

A los 64 años abrazó un sueño humanitario con el Grupo Las Venancias en Matagalpa, Nicaragua, ayudando a fundar una escuela infantil y talleres para mujeres y adolescentes, sembrando justicia social más allá del Atlántico. Más adelante, se unió a un colectivo internacional de desarrollo personal con el que viajó y amplió su mirada al mundo y sus culturas. A sus 90 años desafía el olvido social proclamando que la vejez es un tiempo de plenitud radical, en el que exige respeto, escucha y dignidad. Una chamana le dijo: “Puedes ser una viejita encantadora o una vieja de mierda”. Pilar no dudó. Y hoy lo dice claro: “Mi vida ha sido muy bien vivida”.

Ver biografía ampliada de Pilar Blanco Puente
Equipo de realización

Entrevistadora: Zhenya Popova

Operador de cámara y montaje: Txatxe Saceda