Datos biográficos
Pilar Acebal Sánchez nació el 24 de junio de 1952 en el pabellón octavo del Hospital Valdecilla, en Santander. Su infancia estuvo marcada por un estrecho vínculo con su familia materna, especialmente con su abuela, originaria de Galicia pero emigrada a Liébana.
Pilar creció en el barrio de Campogiro, donde residía con sus padres, Pilar y Guillermo, y se encontraba próxima a sus abuelos paternos. Posteriormente, la familia se amplió con el nacimiento de sus dos hermanos menores, el primero en 1958 y el segundo en 1964. La economía familiar dependía principalmente del empleo de su padre en los Altos Hornos de Nueva Montaña (Nueva Montaña Quijano, S.A. a partir de 1948)
Entre los 6 y los 14 años, Pilar asistió a distintos centros educativos. Su formación comenzó en el Colegio María Auxiliadora de Nueva Montaña, dirigido por la congregación de las Salesianas. Cada día recorría a pie el trayecto de media hora por la vía del tren, un camino que realizaba cuatro veces al día y que forma parte de sus memorias escolares.
En 1958, sus padres enviaron a Pilar a Toulouse (Francia), donde residió un año con la familia de su tío abuelo materno. Este periodo representó un desafío significativo, ya que tuvo que adaptarse al entorno, aprender el idioma, aceptar normas estrictas, y afrontar la ausencia de sus padres. Posteriormente, sus padres decidieron emigrar a Francia, concretamente a Pamiers, al sur de Toulouse, a donde Pilar se trasladó con ellos. A pesar de sus esfuerzos por establecerse, no lo lograron y, finalmente, regresaron a Cantabria.
De regreso, Pilar comenzó a ayudar a su madre en las labores del hogar y en el cuidado de sus dos hermanos menores. A los 12 años, durante sus paseos, conoció a Faustino, un encuentro que marcó el inicio de su primer amor.
En 1964, Pilar sufrió la prematura muerte de su padre, un duro acontecimiento que, sin embargo, fortaleció los lazos familiares, especialmente con sus tíos maternos, José Ramón, “su segundo padre”, y Teresa, quienes la apoyaron incondicionalmente tras su pérdida. Pilar les “agradece eternamente su ayuda por todo y en todo”.
La ausencia de su padre llevó a la familia a buscar nuevas fuentes de ingresos, por lo que su madre decidió acoger en su hogar a estudiantes con pensión completa y a huéspedes durante las temporadas de verano.
Es así como conocen a un técnico de la empresa Nestlé y su mujer, quienes invitan a Pilar a probar suerte en su lugar de residencia: Llobregat (Cataluña). La invitación y la necesidad de trabajar para “llevar algo a casa” impulsaron a Pilar a marchar con 14 años para trabajar ocho o más horas diarias en una fábrica textil cuyo nombre no recuerda. Sin embargo, la soledad y la falta de apoyo familiar la llevaron a emprender el viaje de regreso.
De vuelta en su ciudad natal, Pilar encontró empleo en el matadero de Canfrisa, en Cajo, donde desempeñó diversas funciones a lo largo de un año.
A los 15 años, Pilar comenzó a trabajar en la imprenta Aldus Velarde, donde laboraba su tía. Este periodo lo recuerda con nostalgia, pues vivió “momentos felices” en compañía de sus compañeras. A los 20 años, se casó con Faustino y, un año después, en 1973, dio la bienvenida a su primer hijo. Este momento coincidió con el cierre de Aldus Velarde, lo que la llevó a enfocarse en las tareas del hogar y en la maternidad. Y en octubre de 1978, Pilar tuvo su segundo hijo, quien hoy es padre de sus dos nietos.
En 1985, decidió reincorporarse al mundo laboral tras disponer de más tiempo libre. Trabajó como servicio doméstico y brindó apoyo en el cuidado de menores para dos familias en Santander, dedicándose a una de ellas durante 18 años.
En 2001, Pilar sufrió la prematura pérdida de su marido tras un periodo de enfermedad y cuidados en casa. Esta experiencia la llevó a enfrentar una profunda tristeza, ya que disfrutaban de un matrimonio feliz. “Si volviera a nacer, me casaría con él de nuevo”. Ocho años después, en 2009, falleció su madre, quien había sido su mayor apoyo durante ese difícil proceso.
A pesar de estas difíciles circunstancias, con el apoyo de sus amistades y familiares, Pilar fue recuperando su vida social a través de diversas actividades recreativas y de un grupo de baile en el pueblo de Cueto.
Pilar comparte su historia reflejando un recorrido lleno de cambios, pérdidas, duelo y superación, así como de crecimiento personal. En el presente, “disfruta de su independencia a pesar de la soledad impuesta”, valora su tiempo con amistades y asume con orgullo su papel como madre y abuela. En definitiva, describe su vida como “lo que ha sido: con momentos duros y muy buenos, pero en la que ahora es feliz”.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda