Datos biográficos
Fernando Renovales Ahedo nació el 25 de septiembre de 1941 en la casa de sus abuelos maternos en Valle de Villaverde, un enclave cántabro en el País Vasco perteneciente a la comarca de Asón Agüera. Su familia, originaria de valles próximos, subsistía principalmente de la cría de ganado lechero y de la huerta familiar. Su abuela, María, trabajó también para la SNIACE plantando eucaliptos en terrenos de la zona.
Comenzó su educación en la escuela nacional de Villaverde, ubicada en lo que hoy es el museo etnográfico local. A los 10 años, se trasladó a Orduña, donde vivió con su madre y su marido y continuó su formación con un profesor particular. Fue durante este periodo que, con solo 11 años, Fernando comenzó a trabajar con bueyes y ganado. A los 15 años, pasó un año en la Tejera de Orduña y posteriormente colaboró en el bar El Chalazo, que era regentado por su madre y su pareja en la zona de La Venta.
A los 16 años, Fernando se mudó a Bilbao con su abuela materna en busca de un entorno más estable. En la ciudad, inició su trayectoria laboral desempeñando diversas funciones, que incluían desde repartir bombillas en bicicleta hasta trabajar como aprendiz de ajustador en Minfor, una empresa de metalurgia.
A los 19 años, en 1961, Fernando contrajo matrimonio con Pilar Ichaso en Orduña. Pilar, su primera novia formal, es la madre de sus dos hijos varones y de sus dos hijas. Su matrimonio, que se ha fortalecido a lo largo de 64 años (2024), ha sido celebrado en dos ocasiones adicionales con motivo de las bodas de plata y oro.
Tras la boda, trabajó como mecánico de máquinas de escribir en la empresa Subiñas hasta que decidió emprender su propio negocio en este ámbito. En un intento por eludir el servicio militar, ya que era padre de su primer hijo, también inició un negocio de hostelería en Orduña. Sin embargo, fue finalmente llamado a realizar el servicio militar en Ceuta. Al licenciarse y regresar al País Vasco, Fernando trabajó en Renfe, donde estuvo un año para luego dedicarse como autónomo al transporte de obreros y diversos materiales durante 25 años. La situación económica y familiar lo llevó a prepararse para ser policía municipal, accediendo al cuerpo a los 30 años y trabajando en diversas funciones para el Ayuntamiento de Bilbao, período en el que también compaginó varios empleos.
A principios de los años 70, con el objetivo de defender los derechos de la profesión, Fernando impulsó la creación de la Asociación Profesional de Policías Municipales del País Vasco, de la cual fue presidente durante 27 años. Esta asociación promovió la primera huelga de policías municipales, logrando mejoras laborales y federándose con otras organizaciones. A principios de los años 90, se fusionó con CSIF, la Central Sindical Independiente de Funcionarios. Fernando también ocupó el cargo de presidente territorial durante aproximadamente una década, hasta su jubilación.
Tras 30 años de servicio como policía municipal del Ayuntamiento de Bilbao, Fernando se jubiló a los 60 años y regresó a Villaverde, donde residió junto a su esposa durante trece años. Desde los 70 años, ha participado activamente en la Asociación de Jubilados El Pilar Cántabro del Valle de Villaverde, como socio y desempeñando funciones de vocal y secretario.
En la actualidad (2024), a sus 81 años, es concejal independiente de la oposición en el Ayuntamiento del Valle de Villaverde, representando a la formación Por Valle de Villaverde. Reside con su esposa en Bilbao, donde es socio y participa activamente en la Asociación de Jubilados y Pensionistas Etxezuri-Indautzu, habiendo ocupado el cargo de secretario durante un año y presidido la asociación durante los últimos cinco (a 2024).
Además, dedica gran parte de su tiempo a Villaverde, donde cultiva parras en tierras familiares y gestiona su propia bodega, situada en los históricos bajos de la antigua escuela, actualmente transformada en el museo etnográfico de la localidad. En esta bodega, se enfoca en su afición por la elaboración de vino Verde Tejea, un emprendimiento que inició en 1991 con el propósito de revitalizar la cultura del chacolí en Cantabria.
Fernando comenzó su proyecto con el apoyo de la Bialtxa, la asociación que agrupa a las explotaciones de viticultura y a los elaboradores/as de txakolí de Bizkaia. A principios de los años 2000, llegó a ser vocal y luego presidente de la asociación, ejerciendo durante cuatro años. También promovió la constitución de la Asociación de Productores y Elaboradores de Vinos y Sidras de Cantabria en Villaverde de Trucios.
Las tierras heredadas de su abuela, destinadas a su cuidado, son ahora el hogar de sus viñedos. De su abuelo, quien fue aguacil en Villaverde, aprendió “la importancia de ayudar a los demás”. Por esta razón, declara que, “mientras tenga salud, seguirá activo” en todo lo que le sea posible.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda