Datos biográficos
Fidela nos relata a sus 87 años (2022) su trayectoria de vida desde el apartamento tutelado de Suances en el que reside, frente al mar Cantábrico y la ría de San Martín de la Arena. Su madre, natural de este pueblo marinero, y su padre palentino residieron en Barruelo (Palencia) junto a su hermana mayor María Rosa, pero el nacimiento de Fidela fue en el Hospital Universitario de Marqués de Valdecilla de Santander en noviembre de 1934. Con el inicio de la Guerra Española, la familia se trasladó definitivamente a Suances, aunque su padre, que trabajaba para Renfe en las minas de carbón, tuvo que permanecer en Barruelo de Santullán durante el conflicto político-armado.
En Suances residió desde siempre: hasta los 10 años junto a su abuela, después en el barrio de La Gerra. En Cantabria, el padre trabajó como obrero en SNIACE y, además, su madre y abuela obtenían recursos de la huerta y del ganado vacuno, así como de la venta de productos y animales en el mercado de Torrelavega. Desde su niñez —sus primeros recuerdos se remontan a los 5 años— colaboraba en las tareas del hogar y cuidaba del ganado, pastoreando por distintas fincas de Suances, como la que ahora es el Parque del Espadañal. Una etapa de la que no recuerda muchos momentos de juego con las amigas, “pues siempre había algo que hacer”, incluso afirma, “no he tenido niñez”.
Sus recuerdos de la posguerra son los de su madre obligada a hacer estraperlo trayendo harina de trigo de Quintanilla de las Torres (norte de la provincia de Palencia) o patatas de la Travesía de la Lora (Valderredible). Ella colaboraba en la venta cuando su madre no estaba.
Su formación académica fue hasta los 9 años de edad en el colegio de las monjas Trinitarias, aunque también acudió hasta los 11 años a clases particulares. Y su padre les impartía lecciones en casa, pues tenía estudios.
Durante su juventud tardía también trabajó descabezando pescado durante la temporada de pesca de bocartes y arenques en una fábrica de Suances. En esa época de tanto trabajo, conoció a Isidro Jesús, con quien mantuvo ocho años y medio de noviazgo, dos de los cuales secretos, tiempo que recuerda con salidas al cine o al baile y a las romerías. Fidela quería independizarse del hogar familiar, como ella describe: “Dejar la casa para no trabajar tanto, pero trabajé más”. Dado que en 1954, a los 20 años, se casó con Isidro Jesús en la parroquia de Suances, y tras ello —y a pesar de sus problemas de salud—, ha criado a tres hijas (dos gemelas) y dos hijos, al tiempo que se dedicó a la ganadería. Herminio, el padre de Fidela, la ayudó en el cuidado del ganado vacuno tras su jubilación. Tras toda una vida de trabajo y el fallecimiento de su marido, hace cuatro años Fidela se trasladó al apartamento tutelado y comenzó a disfrutar de algunas actividades con otras mujeres del Centro Social de Mayores de Suances. Actualmente, Fidela tiene cuatro hijos, cinco nietos y una nieta, y en total cuatro bisnietos y bisnietas, quienes heredarán el legado de toda una vida incardinada a la crianza y al trabajo ligado a la tierra y al mar.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda