Datos biográficos
Milagros nació a finales de octubre de 1940 en la casa de sus abuelos maternos en el Alto de Pedroa, cerca de Oruña de Piélagos. En ese momento fue atendida por Carmen, la partera de Barreda, que también asistió en los siguientes partos de sus dos hermanos.
Su padre, recién formado como Guardia Civil en la Academia Militar de Zaragoza, se trasladó con su familia primero a Escatrón, en Zaragoza, después a Cubillas de Cerrato y, por fin, a Astudillo, ambas en Palencia. Llega Milagros a este último pueblo y allí pasa su “infancia consciente”. Un pueblo típico castellano donde asiste al colegio religioso y donde los niños y las niñas, fuera de las actividades escolares, se pasan la vida en la calle jugando entre el polvo en verano y nieve en invierno.
En verano, parte de las vacaciones las pasa en casa de sus abuelos en el Alto de Pedroa, conservando vívidos recuerdos de lo que era el pueblo montañés (tan distinto de Castilla) con sus vacas, socarreñas, el pozo de la casa, maizales… Una imagen bonita el desgranar las alubias y el maíz, labor de siempre de la abuela, y las guerras de los niños con los garojos (lo que queda de la panoja después de quitar el maíz).
Con 11 años regresa la familia a Cantabria, a Barreda. Milagros, que había hecho el ingreso de bachiller en Palencia, no puede seguir porque no había instituto y pasó por un curso en la escuela de Barreda, otro en el colegio religioso de Polanco y otro en Santander, donde aprendió a bordar a mano. A los 14 años su familia se traslada a Torrelavega y Milagros empieza a pensar en su formación. Asiste a la Academia de Corte y Confección de Inés Pacheco, en varios años hace: cursos de contabilidad en la Cámara de Comercio, máquina y taquigrafía en la Academia Estudios… aprende a bordar a máquina, pero al final se decide por el bordado, que le encanta.
Por consejo de sus padres, se coloca de auxiliar en la consulta del Doctor Urgel, urólogo en la Clínica Alba. Al tiempo, cuando el instituto lo implanta, hace varios cursos de bachiller nocturno con el sueño de hacerse enfermera en el Hospital Valdecilla, pero este camino se trunca por el amor. Vuelve a sus bordados y se casa en 1967, instalándose en su casa bien cerquita de sus padres en la Inmobiliaria, donde nacerán sus hijos, niño y niña. Eso no le impidió compaginar sus trabajos de bordadora y ama de casa. El atender a sus padres mayores llega al tiempo que sus hijos vuelan del nido a las universidades de Madrid y Barcelona, respectivamente.
En el 2000, su marido se jubila de sus dos trabajos, la química Solvay y su propio taller de ebanistería, situado allí mismo en la Inmobiliaria. Coincide aproximadamente con las bodas de sus hijos. Poco antes se habían trasladado a otro barrio. Con el anuncio de la llegada del primer nieto, abandona Milagros sus bordados y se despide de su querida clientela particular, al igual que de los comercios (Luis Merino, Roan, Herreros, etc.) con los que trabajó muchos años. Libres el matrimonio, visitan y pasan temporadas con sus hijos en Madrid y Navarra, disfrutándolos y resarciéndose de los años de ausencia por sus estudios.
Elías fallece repentinamente a los 84 años, tras 54 de matrimonio; Milagros tiene entonces 81. Hoy en día Milagros comenta que, además de las visitas de hijos y nietos, disfruta de su familia y amistades, ocupando mucho tiempo con actividades de ejercicio, culturales, etc., que le ayudan a hacerle grata la vida.
Equipo de realización
Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de Cámara y montaje: Txatxe Saceda