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Datos biográficos
Fecha de nacimiento: 23/08/1948
Nacionalidad: Española
Comarca de residencia: Besaya
Fecha de la entrevista: 09/11/2024

Jaime Cantero Fernández nació en agosto de 1948 en la calle Alonso Asture de Torrelavega, en el Bar Asturias, el negocio familiar fundado por sus padres, migrantes procedentes de Llanes. Su historia personal se inscribe en un largo proceso de movilidad que definió a varias generaciones de su familia. Sus bisabuelos paternos fueron los primeros en emprender el camino de la emigración, un patrón que más tarde siguieron su padre y sus tíos, quienes se establecieron en México y Cuba, donde se dedicaron al negocio del transporte.

En 1946, dos años antes del nacimiento de Jaime, sus padres, Eloy y Guadalupe, dejaron atrás Quintana de Llanes, donde trabajaban en la agricultura y la ganadería en su finca El Rancho Grande, situada a tres kilómetros de la Sierra del Cuera. La creciente industrialización de Torrelavega les ofrecía mejores perspectivas económicas, lo que motivó su traslado con la esperanza de brindar un futuro próspero a sus nueve hijos e hijas.

Tras gestionar el negocio de hostelería Bar Asturias durante aproximadamente cuatro años, la familia Cantero se trasladó, al inicio de los años 50, al primer edificio construido por la Inmobiliaria Montañesa en el barrio, la “Casona de la Inmobiliaria”, donde abrió la pensión Bar Asturias. En este establecimiento, Jaime comenzó a colaborar desde su infancia, realizando recados y ayudando a su madre en la cocina. La pensión se ubicaba en un barrio de obreros e inmigrantes, un entorno que marcó profundamente su niñez y le permitió, en sus propias palabras, “conocer mucha gente, lo que le abrió la mente”. Su padre compaginó la gestión del negocio con su trabajo como chófer, transportando obreros y materiales, lo que llevó a la familia a residir temporalmente, de los dos a los siete años, en Cieza durante algunos años.

En cuanto a su formación, Jaime inició sus estudios en el colegio José María de Pereda, donde cursó los tres primeros años de enseñanza. Posteriormente, se trasladó al colegio de Tanos, conocido como “La Xeitosiña” y hoy denominado Niño Jesús de Praga, donde completó la preparatoria. Finalmente, concluyó su etapa educativa en el Instituto Marqués de Santillana. Entre sus recuerdos de niñez y juventud destacan las numerosas actividades en las que participó dentro del Frente de Juventudes y Acción Católica. Gracias a su participación en estas organización, en 1959 tuvo la oportunidad de realizar su primer viaje al extranjero. Además, inició su trayectoria en el fútbol jugando en la campa de la iglesia de La Asunción, con el respaldo del párroco Don Fernando Meruelo Sota.

En septiembre de 1965, viajó como turista a Inglaterra, donde residían sus hermanas, empleadas en el servicio doméstico. Motivado por la oportunidad de aprender el idioma y explorar nuevas posibilidades, decidió quedarse para estudiar inglés en Saint´s George School of English. En este nuevo entorno, fue rebautizado como Jimmy y comenzó su trayectoria laboral antes de la edad permitida, trabajando como lavaplatos en las populares hamburgueserías conocidas como “wimpis”. Al alcanzar la edad legal, solicitó el visado y comenzó a trabajar unos meses en la residencia de estudiantes del British Council y, posteriormente, como ayudante de camarero en el Cherry Tree, un prestigioso restaurante en Southgate, donde adquirió una valiosa formación en hostelería. Compaginaba este empleo con trabajos eventuales en diversos hoteles de Londres.

En 1968, Jaime regresó a España para asistir a la boda de su hermana y, durante su estancia, recibió la oferta de encargarse de la peluquería de señoras en el barrio de La Inmobiliaria, un negocio que regentaba su hermana. Motivado por esta propuesta, decidió formarse en la Casa de Cosméticos Eva Española, en Madrid, donde se especializó en tintes y permanentes. Tras completar su formación en 1969, regresó a Cantabria y trabajó durante unas semanas en la peluquería de Tanos, regentada por su otra hermana. No obstante, pronto se dio cuenta de que este oficio “no era lo suyo”.

Ese mismo año, realizó una breve estancia en Alemania, donde residía otra de sus hermanas. A pesar de recibir ofertas laborales en la industria local, Jaime prefirió regresar a Londres, reafirmando su deseo de continuar allí su vida y carrera.

En Inglaterra, tras una serie de entrevistas, Jaime comenzó a trabajar como mayordomo personal de Víctor Warrender, 1er Barón de Bruntisfield, quien era ahijado de la Reina Victoria y formaba parte del sistema de la nobleza del Reino Unido.

Su vida laboral se vio interrumpida entre mayo de 1970 y 1971, cuando cumplió con el servicio militar. Tras realizar un periodo de instrucción de tres meses en un campamento de Araca (Vitoria), Jaime solicitó acogerse al “derecho del cuarto hermano” para cumplir con el año de servicio en Santander. Durante ese tiempo, estuvo destinado en el cuartel del Alta, en el cuartel ABQ, donde desempeñó funciones en el Regimiento María Cristina, trabajando tanto en la peluquería como en la cocina de la residencia de suboficiales.

Al finalizar el servicio militar, Jaime retomó su labor profesional como mayordomo junto a Víctor Warrender en Suiza, desempeñando este cargo durante un total de ocho años. Entre 1972 y 1979 residió con Luisa y, a partir de finales de la década de 1970, enfocó su carrera en la hostelería de alto nivel. Trabajó por temporadas en hoteles de montaña y, más adelante, en prestigiosos establecimientos en Suiza, como el Golf Sport Hotel (1979-1981), donde desempeñó el cargo de jefe de servicio, y el Hotel Berghaus. Durante sus años en el sector, tuvo la oportunidad de interactuar con clientes de renombre internacional, incluidos actores de cine y familias de la nobleza, lo que considera una experiencia formativa que motivó su regreso a su país natal.

En 1979, Jaime se casó con Luisa Castaño, asturiana que conoció en Suiza, en Vegadeo (Galicia). A finales de ese año nació su primer hijo. Con el deseo de “dar raíces” a su familia, decidieron regresar a España en 1982, donde tuvo a su segundo hijo. En esta etapa, junto a Luisa, fundó y dirigió durante 30 años el bar-restaurante Jaime, en la calle Berta Perogordo de Torrelavega, hasta su cierre en 2013. Lo que comenzó como un modesto establecimiento que ofrecía vinos a 6 pesetas evolucionó con el tiempo hasta convertirse en un negocio consolidado, conocido por sus menús y encargos especiales.

Fue el motor detrás de la iniciativa que reunió al antiguo alumnado del Colegio José María Pereda. Lo que comenzó con una comida en 1984 se convirtió en una tradición que perdura desde hace más de cuarenta años. El grupo también erigió, en el año 2000, un monolito junto a la Iglesia de La Asunción en homenaje al sacerdote don Fernando Meruelo Sota e impulsó la celebración del 75º aniversario del Centro durante el curso 2008-2009.

En 1984, Jaime cofundó la asociación Peña La Albarca, de la que fue el tercer presidente. Hasta 2013, la asociación desempeñó un papel clave en la promoción de actividades culturales en diversas localidades de la región y en Torrelavega, colaborando estrechamente con el ayuntamiento en eventos tradicionales como los desfiles de la fiesta de la Virgen Grande, así como en las celebraciones de Carnaval y Reyes. Uno de sus logros más destacados fue la creación, en 1984, de la carrera de albarcas de San Cipriano, una tradición que se mantiene cada 15 de septiembre. A principios de los años 2000, también impulsaron el taller de máscaras y restauración, renovando los Cabezudos de Comillas y diseñando nuevas figuras representativas para el Carnaval. La asociación además promovió el deporte, organizando rutas de montaña y torneos de fútbol, y colaborando con el equipo infantil de Requejada.

A lo largo de su vida, Jaime ha cultivado diversas aficiones, como el senderismo, el esquí y el cultivo de bonsáis, pero ha destacado especialmente por su destreza en el corte profesional de jamón y el tallado artístico de frutas.

Hoy, tras décadas de esfuerzo y dedicación a su carrera, Jaime considera sus mayores logros haber alcanzado una vida tranquila junto a su mujer, haber formado una familia con raíces firmes en España, y disfrutar plenamente de cada momento en compañía de sus seres queridos. A los 76 años, reflexiona sobre su forma de vivir el presente: “Tenemos todo el tiempo del mundo. Hacemos lo que queremos cuando nos gusta”. Su lema es claro: “Vivir, vivir, vivir”.

Equipo de realización

Entrevistadora: Zhenya Popova
Operador de cámara y montaje: Txatxe Saceda